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sábado, 10 de agosto de 2019

Darle un celular a tu niño es como darle drogas según estudio


Darle un celular a tu niño es como darle drogas según estudio. Por lo general los padres dan celulares y tabletas a sus hijos pequeños para que se entretengan y dejen de hacer berrinche. Desde luego que la tecnología ayuda mucho en nuestras vidas, pero según expertos los niños no están preparados ni sus cerebros se encuentran bien desarrollados o maduros para hacer frente a tanta tecnología.

La adicción en los niños pequeños es fuerte cuando los padres les ponen a su alcance los celulares o tablets. Los niños no saben medir el cautivador universo de estos aparatos, tanto así que incluso llevan su joven adicción hasta la edad adulta.

Según los expertos darle un celular a un niño es como darle un gramo de cocaína. El tiempo que los adolescentes dedican a las redes sociales y el tiempo que los niños pequeños le dedican a los juegos, videos e imágenes es similar al que pasan los drogadictos consumiendo drogas y alcohol.


Los expertos manifiestan que los niños no deben tener esta libertad descontrolada al usar tecnología todos los días y por varias horas. Los padres no deben olvidar que son ellos los que deben criarlos, no las tecnologías que los limitan en su creatividad y los tienden a volver niños de poca paciencia, que se frustran fácilmente ante el problema más simple. "Es como darles una botella de vino o un gramo de coca", dicen los estudiosos del tema.



El uso de celulares trae en los niños efectos como: depresión, ansiedad, dolor en el cuello y la muñeca, trastornos de sueño y sentimientos de inseguridad. La independencia que se genera es fuerte en los pequeños y tiende a interferir en el desarrollo de su vida normal. Tanto el lado mental y emocional del niño y niña se ven afectados.

Según el estudio que realizó la Universidad de Maryland, el efecto de las drogas fuertes rivaliza con los efectos estimulantes de energía y placer que genera en los niños y niñas la adicción al utilizar celulares u otros dispositivos móviles. Se crea la misma dopamina u hormona de la felicidad, la que hace al niño sentirte complacido y viviendo una oleada de satisfacción, la misma que degenera en un mal hábito gracias a padres y madres que buscan que sus hijos se distraigan para poder hacer otras tareas, incluso para ellos dedicarse a seguir en su adicción frente a los celulares u otras tecnologías mal empleadas.

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